“En lugar de buscar la paz que no tiene, encuentre aquella que nunca perdió”
Nisargadatta
Cuando buscamos aquello que no tenemos, cuando nos enfocamos en nuestras carencias, en lugar de en lo que tenemos, perdemos todo. Todo aquello que sí que está, que es real y que es nuestro. Nuestro presente.
Presente lleno de cosas que agradecer.
Sentir gratitud debería ser como el respirar la vida para nosotros.
Cuando somos agradecidos nos hacemos más bien a nosotros que a quién o a qué cosa estemos agradeciendo, porque nos llena de felicidad, desde el reconocimiento de aquello que nos llegó y por lo que sentimos gratitud.
Cuando somos conscientes de todo aquello que hay por agradecer, es como si inhaláramos más vida, porque la vida se hace consciente, se hace presente.
Gracias a cada amanecer, a la lluvia, el aire que respiramos, los pequeños gestos, lo que hoy nos falta y nos acerca a lo que tenemos, lo que nos hace parar, lo que nos alimenta, los besos, las caricias, las personas que hay detrás de todo aquello que see nos llega, los que nos hablan, los que nos ignoran y nos hacen mirar dentro de nosotros…lo que vemos y lo que no vemos, la enfermedad que nos llega con un mensaje a gritos, los revés de la vida que nos devuelven a nuestro ser más profundo, a quien te tiende la mano y a quien te empuja y te hace más fuerte, a las mariposas…el mar, los versos, las palabras, los silencios…
GRACIAS
Si la única oración que dijera en toda la vida fuera: “ Gracias!, bastaría.
Maestro Eckhart