Estar atentos a la plenitud de la experiencia del momento presente nos pone en contacto con la realidad que vivimos y con lo que acontece en nuestro mundo interior. Al poner toda nuestra atención en lo que ocurre aquí y ahora se abre el espacio que nos permite comprender que no somos nuestras sensaciones, emociones y sentimientos.
Mindfulness o atención plena, puede definirse como una capacidad mental para vivir cada momento cotidiano con consciencia. Surge al prestar atención de forma intencional a cómo se desarrollan las experiencias, momento a momento, con una actitud de aceptación, amabilidad y no juicio.
Se cultiva con la práctica, gracias al entrenamiento del “músculo de la atención”, que nos ayuda a refinar nuestra capacidad de prestar atención deliberadamente a lo que sentimos y hacemos en el momento presente.
Los estudios en neurociencia ponen de manifiesto, que la práctica de la atención plena produce cambios físicos duraderos a corto, medio y largo plazo, en la estructura interna del cerebro gracias a la neuroplasticidad. Estos cambios permiten una mejor integración de la información, una mayor flexibilidad de respuestas y una reducción de las consecuencias negativas del estrés en nuestra salud física y emocional.
Desde este conocimiento y conexión con nuestro ser interior, aprendemos a ser conscientes de las limitaciones que nos ponemos para ser felices y vivir una vida plena. Desde este estado de conciencia, observamos nuestras conductas que nos hacen daño y que dañan a los demás.
Aprendemos a ser conscientes de cómo nos encontramos y a dar una respuesta desde nuestra propia voluntad, no desde una reacción involuntaria.
Al comenzar a practicar Mindfulness nuestro objetivo es aprender a regularnos mejor, a sentir una mayor calma que nos permita agudizar nuestra capacidad de atención, y vivir mejor con el estrés y el malestar emocional. También nos permite cortar el enganche con pensamientos recurrentes, ya que aprendemos a dejarlos ir.
Una vez lograda cierta capacidad de autorregulación, podemos observar mejor las conexiones que se dan en nuestro mundo interno. Observar cómo reaccionamos, qué patrones mantenemos, qué nos aburre y nos llama la atención. Algo que nos lleva a conocernos mejor, con lo que practicamos Mindfulness con el objetivo de auto examinarnos, comprender y dar significado a nuestra experiencia.
Enfoque y Calma (autorregulación), Comprensión (trascendencia) y Responsabilidad (servicio desinteresado) son intenciones que se van desarrollando de forma natural en la práctica de Mindfulness, como si fueran peldaños en una escalera.